SOCIEDAD Y LOS TRES COMPONENTES ESENCIALES DE LA ACTITUD

SOCIEDAD Y LOS TRES COMPONENTES ESENCIALES DE LA ACTITUD

Julio C. Romero Orozco

Cuando aludimos a la actitud nos comparece la idea primera de acto y de voluntad para ejecutar una tarea que nos asigna otro o que emerge de nuestra propia necesidad. Nos damos cuenta que cualquier acción para realizar algo es impulsado por una voluntad (lat. volos=querer) para decidir y dar forma cierta conducta.

Además, es posible reparar que no decidimos, para hacer algo, por cuenta solamente de nuestros impulsos internos, sino que tiene que ver el medio o contexto en donde nos situamos.

Si nos remitimos a la figura general de la acción de un estado-nación para aplicar su poder nacional para salvaguardar sus intereses y cumplir sus objetivos, vemos que se identifica en primer lugar el grupo de decisión política (el Gobierno, el cual se inscribe en el Estado). Además identificamos a la sociedad toda, la cual es objeto de las políticas y acciones que ejecuta el gobierno, a través del estado y sus instituciones, para beneficiarla y mantener la estabilidad. Y por último, vemos los instrumentos con que cuenta el estado para cumplir sus fines, tanto en lo interno, como en lo externo (Seguridad, Defensa, Relaciones Exteriores, otras).

En esta figura básica, el gobierno debe captar del imaginario colectivo las necesidades de la nación para poder formular políticas y así, aplicar los instrumentos para el logro de los objetivos nacionales. En esta dinámica, todos los actores sociales están inmersos en la dinámica de la ACTITUD  y en un ciclo continuo que inscribe a todos los componentes, de manera que cada parte contribuya finalmente a los fines propuestos por el grupo de decisión política.

Es importante descomponer este significado “de decidir y hacer” en el contexto del estado-nación, pues son al menos, tres variables que intervienen. Los decisores del estado y la sociedad civil, como también las corrientes de opinión, tienen como característica la PERCEPCIÓN del entorno, en la cual captan e identifican los significados relevantes, priorizándolos, estructurándolos, ubicándolos en horizontes cognitivos con el firme propósito de VALORARLOS y e inscribirlos dentro de un marco de valores (ética y moral), haciéndolos también rimar con las creencias y posiblemente con la fe. Ya PERCIBIDO Y VALORADO el escenario y su contexto, nos sobreviene irremediablemente, el COMPROMISO, es decir, el decidir y hacer respecto a todo lo que nos compete para poder conformar la sociedad.

Por lo anterior, decidir y hacer se basa necesariamente en una dinámica de: percepción, valoración y compromiso, en lo cual la confianza se constituye en la argamasa de la estabilidad y gobernabilidad, como también, de la difícil y quimérica cohesión social.