REFLEXIONES: ¿QUÉ ES HABITAR?
Julio C. Romero Orozco
3 de julio de 2015
"El modo como tú eres, yo soy, la manera según la cual los hombres somos en la tierra es el Buan, el habitar. Ser hombre significa estar en la tierra como mortal, significa: habitar" (Martín Heidegger).
No sé cómo puede ser interpretado el Buan (por suerte esta palabra puede ser partida como una nuez) pero su(s) significado(s) deriva a todo un tema de estudio y debate. El Buan como lo perpetuo es ya una señal de esperanza para la condición humana, acercándolo también así a sus creencias. Sin embargo, Bauen es "al mismo tiempo abrigar y cuidar; así, cultivar (construir) una viña. Este construir solo cobija el crecimiento que, desde sí, hace madurar sus frutos (...) no es ningún producir. La construcción de buques y de templos, en cambio, produce en cierto modo ella misma su obra. El construir (Bauen) aquí, a diferencia del cuidar, es un erigir" (Martín Heidegger).
Es posible que estas definiciones aludan a una territorialidad de la presencia y otra, de la no presencia, haciéndonos recordar el significado de destierro en su sentido de castigo y expulsión a las afuera de la tierra dominada, civilizada, erigida. Tal vez, mundos paralelos que aún conservamos en nuestro imaginario y ¿en nuestro lenguaje y lógica de habitar?. O también, apunten a espacios de la poiesis o creación y a otros condenados a la infecundidad. Lo cierto es que la presencia y la no presencia, la creación y lo infecundo se inscriben en la tarea de construir, propio a la condición humana, la que no deja de fundar y excluir y que en definitiva apunta a: La Obra en un lugar.
Por tanto, construir- haciendo de esto un hábito- se constituye en una permanente “disyuntiva de la presencia y la creación”, y habitar en esta problemática es más que la carencia de cobijo o “falta de viviendas”, sino que la “penuria del habitar descansa en el hecho de que los mortales primero tienen que volver a buscar la esencia del habitar, de que tienen que aprender primero a habitar" (Idem), condición en la cual, el hombre, según J.P. Urruzola, se conforma en términos unitarios: La Cuaternidad (tierra, cielo, divinidad y mortales), donde cada uno de ellos tiene un rol específico, que en términos simples implican: sostener como recurso, el movimiento y el trascurrir, las señas y la coincidencia con la muerte. Componentes que según mi opinión desafían a la lógica de la ciudad como estructura unitaria y en un sentido político, el territorio pre-concebido en torno a un centro. Aunque la visión heideggeriana de pertenencia del hombre al territorio, implique mayormente inmovilidad que movilidad (Lindón) pareciera que la actual dinámica social exponga un desprendimiento del hombre de la tierra (véase las corrientes migratorias) o un nuevo tipo de destierro: el no ciudadano en busca de oportunidades para una mejor vida dejando espacios sin pertenencia (y problema político) donde la cuaternidad subyace como un mero relato y el habitar en una coincidencia sin destino.
"salvar la tierra no es adueñarse de la tierra, no es hacerla nuestro súbdito, de donde sólo un paso lleva a la explotación sin límites" Martín Heidegger