Re-edición

UNA NUEVA AGENDA PARA HAITÍ

Julio C. Romero Orozco

 

En un contexto de fragilidad política, social y económica  en  Haití,  es imperativo activar iniciativas de reforma que pretendan implementar propuestas integrales -mirando hacia el futuro- respecto a la solución del problema. Reforma que se  constituye en un gran desafío político para la renovada relación EE:UU/Cuba, como también para la región, Chile y sus instituciones.

Entretanto, se observan conceptos y experiencias que posibilitarían una nueva mirada sobre los problemas de la estabilidad al interior de los estados. Por ejemplo,  lo referente a la generación y transferencia de instituciones, a la gestión pública eficaz, a la implementación de redes multi-organizacionales y la experiencia de ayuda técnica multidisciplinaria en Haití y en otras partes del mundo. Conceptos y experiencias que encuentran a la actual MINUSTAH en un difícil camino y grandes desafíos.

En este ámbito, nuestro país, aunque su participación en la misión se inscribe en un marco de prestigio, profesionalismo y disciplina, no se ha logrado concentrar esta labor en un sistema integral y sinérgico que considere los máximos elementos constituyentes de su poder nacional y regional. Deviniendo de ello, de acuerdo a la opinión de expertos, fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas relevantes que sirvieron, en este artículo, para derivar criterios de utilidad para que los países cooperadores  mejoren su gestión ampliando su campo de acción, en lo normativo y operacional con la participación de diferentes actores.

Criterios  que se abordan, ante los desafíos de la INH (Iniciativa Nuevo Horizonte ONU), en  objetivos, acciones y tareas específicas, principalmente en lo político, legal, organizacional y operacional.

 

Por tanto, en lo particular, la gestión de Chile en la MINUSTAH respondería  a los objetivos generales de la Iniciativa INH de la siguiente manera:

La “Visión compartida y Alianza”  se cumpliría con la medida política de incorporar a Chile a los Capítulos VIII y IX de la Carta. Como también, con la implementación de una ley para la salida de equipos cívico-militares multidisciplinarios y con la proposición de crear una unidad específica para la generación de políticas públicas en el Estado, coordinadora con los Estados, organismos internacionales  instituciones y mundo empresarial privado principalmente.

Su “Traslado efectivo al terreno” podría ser concretado con la proposición estratégica y operacional de implementar Equipos Multidisciplinarios (EMPREs) desplegados en el territorio haitiano realizando actividades de ayuda técnica especializada e interactuación con actores locales.

Esta implementación  permitiría cubrir la totalidad del territorio de manera técnica y segura y apoyar en la recuperación del país en todos sus ámbitos.

Respecto a “La construcción de un sistema que pudiera apoyar a las OMPs. en el futuro”, se respondería a este desafío,  consolidando la experiencia de los EMPREs y fortaleciendo las capacidades de anticipación logradas en la fase prospectiva del proceso de generación de políticas públicas.

Su tarea sería percibir los problemas en el terreno y  activar los procesos políticos hacia soluciones satisfactorias. Tareas que implicarán la conformación de un “sistema” multinacional replicable en cualquier zona de conflicto y catástrofe.

 

Finalmente, la contribución que puede realizar nuestro país – en conjunto con la región y la potencial influencia de EEUU en el Caribe- ,bajo el tenor de una renovación de ideas y herramientas, se constituiría en un mecanismo combinado eficaz de ayuda, portando además, una gran responsabilidad y aptitud por la paz y reconstrucción de Haití .