MIGRACIONES: PRIMERO DEBERES, DESPUÉS DERECHOS Mag. Julio C. Romero Orozco
MIGRACIONES: PRIMERO DEBERES, DESPUÉS DERECHOS
Mag. Julio C. Romero Orozco
12 de diciembre de 2018
El debate presente acerca de la ausencia de Chile en el Pacto Migratorio de la ONU, acusa, no sólo para nuestro país, grandes deficiencias estructurales (políticas, económicas, legales y sociales) de los estados fuente de oleadas migratorias, como de países receptores de este fenómeno no tan reciente. Según mi opinión, la iniciativa, cubre de un velo idealista el fracaso de los Estados en la tarea de prodigar el bien común y así, asegurar la cohesión y equilibrio social interno, como también, el fracaso, de cada estado, respecto a un conocimiento y ejercicio profundo de la soberanía y conocimiento completo de su territorio, en pro del desarrollo y cumplimiento de objetivos, factores que han incidido en una gran vulnerabilidad, la que ha impulsando a sectores de su población a buscar mejores expectativas, especialmente económicas y de seguridad, en una condición de crisis humanitaria y asimismo, en los países que son objetivo de migrantes, la apertura de fronteras –y descontrol- en una condición precaria de asistencia al flujo.
Ya es una realidad, que se teme ser reconocida y declarada, que los gobiernos de los estados apenas alcanzan un control nacional y enfrentamiento de problemas internos, pues son los grandes OO.II. y su influencia política y económica, los que determinan el destino de los pueblos en una condición supra-democrática, ya con leyes y prácticas universales como una forma amplia de ejercicio del poder. Por lo anterior, de acuerdo al fracaso de los estados en prodigar el bien común, como una aspiración permanente declarada bajo la bandera democrática y de los Derechos Humanos, por un lado, y al empoderamiento de instituciones internacionales, por otro, también, solidaria a los lineamientos del mercado, surge la interrogante respecto a la inter-penetración de los Estados entre si y la inter-penetración de los Estados con los OO.II. en cuanto a actividades cooperativas, más allá de las actividades OPAZ y ayuda humanitaria, pues es un hecho que el fracaso de conflictos insolutos, vacíos de poder, populismo y actividad ONU mutó a oleadas migratorias (véase Norte de África y Haití, principalmente) a países con alto potencial de desarrollo humano (Unión Europea, Arabia Saudita, Estados Unidos, Chile)
En este contexto, hay que afirmar que la democracia, desde la mirada de cualquier punto de vista ideológico, enfrenta hoy, principalmente, dos grandes áreas complejas de conflicto, en cuanto a su condición de ser factores desestabilizantes político-económico, especialmente institucionales: el uso de los recursos públicos (en la mira de todos) y el fenómeno explosivo de las migraciones en los últimos tiempos. Factores que han generado un manto de desconfianza y cuestionamiento de liderazgos y estructuras. Es por esto, que la interioridad de cada estado debiera existir, dejando atrás el estigma de las violaciones de los derechos humanos y la corrupción, una nueva visión inclusiva y transversal acerca de los “derechos construidos sobre los pilares de los deberes”. Deberes del Estado , entre otros como: Conocimiento pleno del territorio, descentralización del poder, Identificación y método de implementación de polos de desarrollo, Educación y formación de líderes bajo una nueva visión, Asignación y ejecución presupuestaria controlada y transparente. Estos pilares, facilitarían tanto el desarrollo nacional, como también, la acogida organizada y favorable a los objetivos e intereses del país de población que proviene de estados débiles o vulnerables. Asimismo, una experiencia de alto valor, para canalizarla bajo actividades cooperativas con otros Estados, inscritos en un sistema de gobernanza, es decir, vinculado a todas las áreas y actividades que constituyen el Poder Nacional (industrial, financiero, Ciencia y Tecnología, Académico, entre otros) en el cual, el sistema de Seguridad y Defensa debiera tener una alta estatura y cumplir un rol fundamental frente a desafíos de amenazas complejas, desastres naturales, cooperación en ciencia y tecnología y proyección internacional.
Frente al debate actual respecto al Pacto Migratorio, nuestro país, de acuerdo a su gran experiencia política, social y de cooperación, debiera asumir un rol de liderazgo frente a la construcción robusta de un sistema cooperativo regional para la implementación asociada de elementos de crecimiento, pues hoy, el país cuenta con un potencial en alza de desarrollo humano y crecimiento económico, significando levantar una bandera de realismo y acciones concretas frente a los desafíos de la postmodernidad y al fracaso de la ONU en estados débiles o vulnerables.
Aunque la migración es un fenómeno global, su dinámica deviene de la debilidad o incapacidad de algunos estados para prodigar las condiciones dignas de seguridad y desarrollo a su población. Los estados receptores, aunque cuenten con un nivel desarrollo mayor, aun mantienen en la interioridad, tipos de conflictos y debilidades estructurales que impiden enfrentar con solidez la oleada migratoria. Más que un pacto, sostenido en ideas que provienen de fracasos nacionales y de OO.II., se requiere que cada país ordene su casa, transmita su experiencia bajo sistemas cooperativos y se asocie de manera vecinal, para vecinal o regional frente a este fenómeno. Esta dinámica, demanda una renovación de la visión y actuar de las instituciones, uso de recursos públicos, la seguridad interior y la defensa y la distribución laboral y económica del inmigrante sobre el territorio.