MEDIOS DE COMUNICACIÓN ¿O DE INFORMACIÓN?
Julio C. Romero Orozco
9 de julio de 2015
“El que pretende dirigirse a la humanidad, o es un tramposo o está equivocado. La pretendida comunicación se cumple o no; el autor no es responsable, ella se da o no por añadidura. El que quiera enviar un mensaje -como se ha reiterado ya tantas veces- que encargue esta tarea a una mensajería” Juan Carlos Onetti
Tal vez el título plantee una pregunta orientada al debate en el ámbito semántico o a la ontología de los conceptos. Por otra parte, si hacemos un frotado sobre estas palabras encontraremos expresiones tales como: común, comunidad y forma y así mismo, de acuerdo a la experiencia o carga sensorial del lector de esta reflexión, sea útil una mirada mecanicista de un acto habitual de la condición humana: emisor/mensaje/código/medio/canal/receptor/respuesta (Shanon y Weaver), componentes inscritos en un contexto que involucra un codificar/decodificar/ sentido/objetivo/intención o el modelo de Laswell: ¿(1) Quién dice (2) Qué, en (3) Qué Canal, (4) a Quién y con (5) Qué Efecto?, como si quisiéramos inscribir a la comunicación en una permanente interrogante. Dibujos que dan cuenta, en términos simples, de un proceso extremadamente complejo, pues en cada uno de nosotros, como individuos, difiere cada componente y tanto el sentido y las intenciones como las “respuestas” hacen que paradojalmente la palabra comunicación carezca de significado y sea un “territorio” muy interesante de explorar, como también, un territorio de todos y de nadie y la información, un mero producto. Asimismo, una habitualidad presentadora de mundos a través de una construcción de la “realidad” (también una palabrota desprovista de significado) hacia conocer, saber y actuar: ¿lo objetivo?, ¿lo posible?, ¿lo actual?, hasta que se todo sea trastocado por el monstruoso “acontecimiento”, irrumpiendo los significados y provocando, tal vez, una nueva construcción sociopolítica (véase Ataque a Torres Gemelas)… y también lo ocurrido con la “viralización” (reproducción exponencial en las redes sociales) del riesgo y el miedo (véase narración por Radio (Orson Welles) de la Guerra de los Mundos (H.G.Wells), 1938 y el caso reciente de los combustibles en Chile.
En esta dinámica, lo común se industrializa (los medios) para que la convivencia y el existir tengan un sentido (la ciudad, la prosperidad, la paz, otras), como también, sean la herramienta del Poder en su intención de dominar e influir. Quehacer que cobra forma en el diseño de una actualidad tematizada, en la cual queda determinado lo que hay que pensar, hablar y comprar. Definitivamente un consumo de las cosas y lo que frenéticamente se produce para seguir siendo mundo real. Por lo que el propio mundo real es al mismo tiempo un meta-mensaje que se autoalimenta de sus propios significados y símbolos, y el mundo posible, en el facilitamiento del sometimiento (Lévi Strauss), no sólo en su sentido perverso, sino que en la intención de que la cosa social, como unidad, mantenga su vigencia y legitimidad en todo su quehacer, pues vemos con asombro que el significado de lo humano (humanidad) parece inflarse como un globo con “diferentes calidades de aire y tipos de sopladores”.
Por tanto, el mundo es comunicación (de suyo organización) con cuantiosa e in-procesable información, hacia una forma no definitiva de conocimiento, en el cual creo que no es trascendental debatir acerca de los medios (“el medio es el mensaje”, M.Mac Luhan) sino que en el fértil territorio material e inmaterial del significado y el significante, aquel que habita en lo que atrapan y procesan los sentidos en una feroz e interminable disputa con el “ruido” o interferencia, la que también es parte de la comunicación en cuanto a su potencialidad deformadora o destructiva (aunque destruir también es una manera de construir) con consecuencias a diferentes sentidos y a “posponer” el significado, también nuestro paisaje cognitivo. Lo ideal es la inclusión significado-significante. (Ah..me acuerdo de la vieja frase: “la palabra es ley”…jaja) ..Buen finde.
“En el mundo moderno, la calidad de vida es calidad de comunicación” Tony Robbins