LAS ONDAS GRAVITACIONALES: DEL MACROCOSMOS A LA SOCIEDAD

LAS ONDAS GRAVITACIONALES: DEL MACROCOSMOS A LA SOCIEDAD

Mg. Julio C. Romero Orozco

23 de febrero de 2016

"La formulación de un
problema es más importante que su solución
"

Albert Einstein

Podría ser muy interesante intentar extrapolar la
observación (de hace 100 años)  del
extraordinario físico alemán con la actual realidad.  Visión, tal vez originada en el fragor de la
vibración de la tiza y el pizarrón, como también, en apacibles caminatas de
reflexión en tiempos en que Europa vivía una profunda crisis política y social
que posteriormente desembocó en una de las guerras más atroces que ha
experimentado la humanidad.  Conflicto
que produjo un nuevo dibujo de fronteras, nuevas economías y sociedades, una
distinta concepción geopolítica y por qué no decirlo, una verdadera renovación
del pensamiento ante un mundo que reclamaba a voces un giro respecto al
desarrollo y desvelamiento de grandes oscuridades de la época, pues es
innegable que en aquellos momentos la sociedad vivía una cierta resistencia
respecto a adoptar innovaciones y desafíos, tales como: la propagación y
atracción de la tecnología- en si un arte combinatorio-, de las revoluciones
políticas y sociales, de la economía en cuanto a producción, consumo y
servicios y de la articulación de corrientes del pensamiento y muchas otras
fuerzas.

Tal vez a partir de ese espíritu  convulsionado, la tecnología actual  ha permitido captar recientemente, en una
parte lejana del universo, la fusión de dos cuerpos de muy alta densidad
gravitacional (agujeros negros), una treintena de veces más grandes que nuestro
sol, produciéndose con este evento una cadena de ondulaciones en el
espacio-tiempo, capaces de desplazarse 
desde mucha distancia y de ser medidas y comprendidas por nuestros científicos
como un gran hallazgo y nueva forma de comprensión del cosmos.

En una expresión simple, un agujero negro no sólo traga sino
que también "eructa" en la forma de ondas, dando cuenta que el espacio-tiempo
es dinámico, como también lo es la sociedad.

 "Las ondulaciones de energía que distorsionan la estructura del tiempo y
el espacio. Cualquier objeto con masa debería producirlas cuando está en
movimiento. Incluso nosotros. Pero cuanto más grande es la masa y más dramático
el movimiento, más grandes son las ondas
" (BBC Mundo, 2016, 2).

Este enfoque "cósmico" no deja de hacerme aterrizar la problemática
en el presente. Una suerte de red dinámica de fenómenos que pueden ser
asociados (a modo de ejemplo) al comportamiento de los agujeros negros y "sus
ondas gravitacionales" con alcance a la política, a la economía y a la
sociedad, considerando el tamaño, forma y energía de quien la produce.

Con respecto a la economía, se alude a los paraísos fiscales
(atraen cuantioso dinero) como verdaderos agujeros negros que atrapan y
oscurecen no sólo capitales sino que la privación de recursos para muchos
estados (ver lista OCDE de paraísos fiscales)  para prodigar el bienestar y la lucha contra
la pobreza (José Luis Escario).  Su
flatulencia se traduce principalmente en corrupción, evasión tributaria y ocultamiento
de actividades ilegales, como también contribuye a obstaculizar la regulación. "...presiona a los regímenes fiscales de los
países desarrollados y los lleva a competir en condiciones de desigualdad. Así,
los países ricos se ven presionados a reducir sus cargas impositivas para
evitar en cierta medida la huída de dinero, provocando un incremento de la
desigualdad (por el efecto redistributivo de los impuestos) y deteriorando los
servicios públicos"
(Garzón, A.)

Respecto a la política, se indica a los partidos, al
liderazgo carismático y a las ideologías como agujeros negros, concentrando el
poder (praxis, institución y territorio)  en una suerte de casta que habita en el vaivén
de la legitimación y deslegitimación, puesto que no queda exenta de episodios
cuestionables que debilitan la gobernabilidad y el valor simbólico que ello conlleva.
El Estado queda en una posición de asimetría con el gobierno de turno,
implicando, al menos, dificultades para la generación de políticas públicas,
pues las visiones parceladas (ideológicas y partidistas) impiden tener una
mayor amplitud respecto a la detección real del problema y la ventana de
oportunidad.

Finalmente, un dibujo panorámico de la sociedad podría
mostrar algunas anomalías de alta concentración y sus consecuencias, tanto en
los grupos como en la persona. Si bien es cierto, una sociedad equilibrada se
sostiene en la dinámica armónica de la producción, servicios y consumo sobre
una sólida base ética, valorica, de comunicación y de control, la voracidad del
tener y parecer se vuelve preeminente sobre el ser. No solamente respecto a la
persona, sino que a las instituciones y organizaciones encargadas del bien
común, especialmente en lo referente a la educación, salud y trabajo.

En conclusión, los agujeros negros están (ni buenos ni
malos), son parte de nuestra física, abriéndose un vasto campo de incertidumbre
y búsqueda. Si es importante detectarlos y comprenderlos en su verdadera
magnitud, pues la falta de observación y de cierto control, afectaría nuestra
seguridad y desarrollo.

Lo anterior lleva a pensar en la institucionalización de
herramientas para modelar el futuro y simular ciertos escenarios políticos,
económicos y sociales, a fin de acopiar experiencia de manera excéntrica, pues
el gran texto humano actual tiende a ese paradigma. Esto no significa
descontrol o desgobierno, implica una distribución del poder y del significado
en un concepto más amplio de territorio.