LA ESCALA DE KARDASHEV: LÓGICA DE COMPRENSIÓN DEL ACTUAL TABLERO MUNDIAL Mg. Julio C. Romero Orozco

LA ESCALA DE KARDASHEV: LÓGICA DE COMPRENSIÓN DEL ACTUAL TABLERO MUNDIAL

Mg. Julio C. Romero Orozco

9 DE ABRIL DE 2017

 

"Las civilizaciones realmente avanzadas, o de tipo 3, utilizan toda la energía de su galaxia. Las de tipo 2 sólo aprovechan la de su estrella. Y las de tipo 1, sólo la de su planeta”

Acerca de la escala de Kardashev, Javier Sampedro, Diario El País, 20 de diciembre de 2009

 

Me resulta muy interesante, después de observar lo que se dice acerca de la Clasificación de Nikolai Kardashev, hacer una extrapolación de esta idea respecto al empleo del poder por parte los estados dominantes del tablero mundial en su tarea de mantener su integridad y lograr sus objetivos. Esfuerzos, los cuales podrían ser yuxtapuestos o coincidentes entre los países y desde otra perspectiva, observar cómo utilizan sus herramientas de fuerza en este continuo. En el tenor de la clasificación mencionada, sin duda que EUA  logra imponer una sinergia entre los factores que componen su poder con la de gran parte del mundo y producir una hegemonía de alcance global, fruto de una claridad política, voluntad y estatura económica y tecnológica, de manera de mantener e incrementar esta posición y evitar el embate (negando el enfrentamiento directo) de otras potencias (China, Rusia, otras potencias menores) que pretenden imponer escenarios de preeminencia en el mundo. Estos países han estado involucrados en grandes guerras y tienden a estar presentes en conflictos armados de manera permanente e indirecta, evitando el momento decisivo pero fortaleciendo otras formas de guerra (de la información, ciber, compuesta, otras), formas que finalmente pretende fijar una post-verdad inscrita en causas aparentes más que en causas reales.

Asimismo, estados tales como los países europeos, han tenido que construir una alianza política y económica para desarrollar su potencial para logar un rédito continental y estatura hemisférica capaz de mantener cierto peso en las relaciones internacionales. Por otra parte, existen potencias medianas que alcanzan un real peso e influencia regional (ej. Brasil, India), los que a través de la cooperación y tratados económicos, pueden alcanzar sus objetivos. Estos estados y alianzas tienden a arrimarse a las potencias y/o a la cabeza hegemónica.

Posteriormente, hay estados que han logrado una importante estatura regional pero siguen dependiendo de la “energía interna” y junto con las potencias medianas, no alcanzan a tener una influencia relevante y decisiva en la decisión de dominación global y sólo pueden limitarse a aspirar a ocupar escaños en asambleas mundiales valiéndose de una tradición diplomática y apego al Derecho Internacional.

La escala mencionada (Kardashev)  no hace más que, según mi opinión, reafirmar la crudeza del realismo político, en que la disputa global por ocupar espacios de interés, sólo es asunto de estados o potencias hegemónicas y los significados que se desprenden o que son emitidos de estos conflictos, velan la configuración real de poder, objetivos e intereses de los actores del escenario.

Sin embargo, la hegemonía es una condición cada día más difícil de mantener: “El modelo americano, sus principios fundadores, su dinamismo económico, el voluntarismo de su población y gobierno, no ejerce el influjo de antaño. La clave del histórico atractivo americano ha sido su combinación de idealismo y materialismo, poderosas fuentes de motivación para la psique humana, explica Brzezinski. En la última década ambas fuentes de inspiración han perdido empuje. Por un lado, el auge de China, en paralelo al crecimiento de la deuda pública americana; por otro, las fallidas guerras imperialistas en Afganistán e Irak. Y para rematar, la crisis financiera de 2008 han sacudido la confianza en la capacidad americana para mantener el liderazgo en el mundo” (Darío Valcárcel, La visión estratégica de Zbigniew Brzezinski, Política Exterior N°149, sep-oct 2012). Tal vez, el anuncio de un giro a su propio planteamiento (1997) respecto al rol de EE.UU en el tablero mundial, principalmente de control en la Eurasia, lo que actualmente ha causado serios reveses y vacíos políticos y territoriales que han permitido el surgimientos de fuerzas no regulares que mantienen en jaque al Medio Oriente, Europa y al propio EEUU. No obstante, una tensión que de alguna manera explica la importancia geoestratégica de la zona, confirmando la frase que: “nadie pelea por un sembradío de alcachofas”.

Finalmente, la clasificación “galáctica” de Kardashev ilumina respecto a la realidad Geopolítica del Tablero mundial, en el cual hay que considerar el correcto aprovechamiento de la energía “política”, pues hay otros actores e intereses y la propia tecnología se anuncia como un arte combinatorio de destrucción…y también, como salvación ante (como dice el propio Brzezinski): la amenaza de la deuda pública, debilidad del sistema financiero, los efectos de la desigualdad, la falta o debilidad de infraestructura, la desinformación de la población, la polarización política. Amenazas apuntadas al propio EEUU, pero que sin embargo, involucran a gran parte de la humanidad, invocando urgentes cambios.

“El hecho es que nunca hubo un verdadero poder global “dominante” hasta la aparición de los Estados Unidos en la escena mundial (…) la nueva realidad global decisiva fue la consolidación de los Estados Unidos como la potencia más rica, siendo al mismo tiempo el país militarmente más fuerte. Durante la última parte del Siglo XX, ninguna otra potencia podía compararse a los EUA. Esa época está llegando a su fin”. Zbigniew Brzezinski

 

 

 *Artículo sobre la clasificación de Kardashev

https://elpais.com/diario/2009/12/20/domingo/1261283434_850215.html