LA COSTUMBRE COMO ESTRATEGIA

LA COSTUMBRE COMO ESTRATEGIA

Julio C. Romero Orozco

 

“La nueva Constitución de Bolivia incluirá una disposición transitoria que introducirá su demanda marítima, aunque sin citar explícitamente a Chile, según un acuerdo alcanzado en una comisión de la Asamblea Constituyente” (IUS, Revista Jurídica, 2015)

En los primeros inicios de grupos y sociedades más complejas, la costumbre de convivir y hacer las cosas sobre un territorio determinado fue la base de reglamentos y leyes para establecer un marco regulatorio claro y herramienta de solución de conflictos. Desde esta realidad, pudo haber comenzado la disputa de la preeminencia entre la ley y la costumbre o que ambas se relacionen por la necesidad jurídica y por la obligación, dando como resultado sociopolítico, por un lado a actores apegados férreamente a fuentes de carácter más formal como las Leyes, los Tratados y la Jurisprudencia y por otro, quizás amparados en una visión favorable de futuro, ya sea para adquirir una mayor estatura, reivindicación, prestigio o recursos, articulando la idiosincrasia, hábitos, prácticas y otros componentes de la cultura de manera instrumental en propio beneficio.

La costumbre diferencia a las sociedades y es conformadora de sistemas  e interrelaciones que otorgan carácter al país o a la nación, como también, a grandes instituciones. Asimismo, la no percepción “en el otro”, puede situarnos en un paisaje de anacronismo “una nueva costumbre”, ante un escenario escalar de tradición inmanejable que nos obligaría a invocar a fuentes del derecho documentales, pues a un Estado de menor estatura no le queda otra salida, ante una situación contenciosa con un país mayor.

¿Es que ha habido una evolución del derecho internacional desde lo decimonónico documental a la realidad actual de integración, cooperación y “negación de la crisis y guerra”?

Pareciera que un Tribunal Internacional adoptaría otras consideraciones (posiblemente hoy costumbre, tradición y necesidad de ser un mejor país) que las propiamente apegadas al Derecho. Es importante ahora lo económico, la estabilidad política y social y definitivamente el desarrollo y la paz. Ante esta figura, es impresentable sostenerse únicamente en el Tratado. En si un significado rígido, detenido en el tiempo, excluyente y velo para mirar el futuro. Sin embargo, respetable y base para establecer mecanismos de diálogo serios y eficaces, si se concibe de manera integral.

Por lo anterior, la política y sus instituciones debiera arrogarse la vigilancia de la costumbre y sus tendencias, de manera que estas no encuentren cabida y sean parte de la destrucción o evolución viciosa de un sistema (sistema el cual es resultado de una buena costumbre originaria).