DIFUSIÓN DE INSTITUCIONES Y COOPERACIÓN
Julio C. Romero Orozco
Enfocando el funcionamiento de los sistemas de cooperación, el institucionalismo, como corriente de pensamiento de la Ciencia Política, aborda el estudio de los fenómenos sociales, económicos y políticos refiriéndose a la importancia que se atribuye a los intereses y a las redes de comunicación en la creación y difusión de instituciones (Di Maggio y Powell, 1991), como también, cuan efectivo es el funcionamiento de las Instituciones formales en la actualidad. Este concepto sostiene que el sistema internacional conlleva una estructura que orienta la forma en que los estados actuarán dentro del sistema.
De lo expuesto, resulta de gran interés lo referente a los agentes de cooperación mundial, los cuales son producto de acuerdos entre los actores políticos, económicos y sociales, deduciéndose en este tipo de asociaciones una estructura y capacidades más estables y eficaces. Idea que podría constituirse en una importante herramienta de cooperación y estabilidad en el actual sistema de sociedad de Estados.
Aunque Chile es firmante de la Carta de la ONU (1945) comprometiéndose con los pueblos asociados al organismo internacional a resguardar a los pueblos del flagelo de la guerra y a mitigar, por razones humanitarias, los efectos de los conflictos armados, como también, proteger a las personas y los bienes afectados y limitar el uso de los medios y métodos de guerra, ¿nuestro país, define en las OPAZ, en el marco del institucionalismo: quién hace qué, con qué herramientas, con qué énfasis y con qué grado de autoridad de manera integral?. Donde además es importante asegurar que se haga bien, organizando recursos y ejecutando, una serie de funciones sociales, políticas, económicas y culturales -a realizar por un sistema social coherente y legítimo-, por lo cual, ante la actual dinámica social, es necesario contar con herramientas específicas, con el fin de producir valor público, inserto en una malla multi-organizacional y multisectorial para contribuir a la paz mundial. La respuesta es que el Estado de Chile, en el marco de la Política de Defensa, le asigna a las FF.AA., Policías y a la Agencia de Cooperación Internacional (AGCI, Minrel), sumados a personeros en el ámbito de la ONU, como también, a la voluntad de ONGs de co-operar en ambientes inestables y vulnerables. ¿Es suficiente y eficaz?
Por otra parte hay que considerar que las OPAZ, en que nuestro país participa, no son realizadas solamente con fines altruistas, sino que responden además a un enfoque práctico y realista respecto a los intereses nacionales, los cuales se inscriben en una dinámica de cooperación y competencia entre los países de la región, pues es necesario demostrar que lo que se hace cumple con los más altos estándares operacionales (también una forma de disuasión) y se tiene capacidad para jugar en las grandes ligas.
Por lo anterior, a base de lo expuesto, se requeriría de la formalización de un “nuevo enfoque” por parte del organismo internacional y estados asociados, como asimismo, la utilización de novedosas herramientas por parte del sistema, con el propósito de responder a los propósitos generales de las iniciativas de reforma de las OPAZ, de manera de no afectar a los intereses de cada estado participante y al mismo tiempo alinearse con los objetivos de la comunidad mundial.
Entonces, de las ideas, 1) De desarrollar en nuestra política de defensa una fórmula de Cooperación a la estabilidad y seguridad mundial afín al desarrollo e intereses nacionales. 2) De configurar una malla multi-organizacional (red público-privada) dotada de instituciones específicas para generar valor en beneficio de la cooperación y necesidades internas y 3) De considerar la importancia de las redes relacionales y difusión de instituciones para producir valor social, ante lo cual las instituciones se constituirían en instrumentos primordiales para el logro de objetivos nacionales y compartidos en las relaciones internacionales, se desprende la necesidad de una mayor integración entre los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores, como también, una vinculación del Estado con la Empresa-Corrientes de Opinión y mundo Académico, no sólo para cooperar ante la inestabilidad política, social y económica, sino que también, ante las catástrofes naturales.