COREA DEL NORTE: JAQUE DE CHINA
Mg. Comunicación y Ciencia Política
Julio C. Romero Orozco
16 de agosto de 2017
“La región Asia Pacífico se ha transformado en el nuevo punto caliente de la geopolítica mundial. Esta porción del planeta ha desplazado ni más ni menos que a Oriente Medio como principal centro de operaciones militares del bloque estadounidense. Es la zona donde existe la mayor cantidad de hipótesis de conflictos bélicos serios entre países, por afuera de la caza global al terrorismo.” Damián Jacubovich, Analista Internacional, 2015
Me parecen muy anacrónicos, al menos extraños, los contenidos de las imágenes provenientes de Corea de Norte, en momentos que el foco de la tensión bélica está hoy (o estaba) en un escenario complejo como es el Medio Oriente. Conflicto el cual, la voluntad de Putin, por mantener el enclave naval en el mediterráneo, pareciera no tener otro destino, después de ensayar the compound war – como una forma distinta de hacer la guerra -en el conflicto de Ucrania.
Corea del Norte nos presenta un entorno diferente respecto a lo que estábamos viendo respecto a la tensión, en la cual, vemos una copia de los teatrales y antiguos desfiles y liderazgo soviéticos, armamento sobre camiones de los años 50 y un sostenido jaque nuclear al mundo occidental (representado por un contestatario EE.UU). Entonces las preguntas clave son: ¿Cómo y Por qué Corea del Norte logró un determinado poder bélico nuclear?, y esta condición; ¿Propone un escenario real de conflicto en Asia-Pacífico?
Posiblemente este añejo lenguaje de la Guerra Fría –¿un acicate perverso al desarrollo de la tecnología y economía occidental?- sea la renovación del mensaje, de algunos estados, para poner en el tapete mundial la proximidad de una guerra a gran escala, (aunque sea en la imaginación y mesas de planificación de estrategas de cabeza caliente, como también de grandes intereses industriales). Asimismo, evidenciar con firmeza, quienes, además del exclusivo Club Nuclear, poseen armas estratégicas de destrucción masiva y tienen la voluntad de usarlas. Huelga decir en este comentario, que la destrucción mutua asegurada es el destino final del empleo de armas nucleares y per se, significa un paso irracional, en circunstancias que la actual capacidad de investigación y tecnología ha prodigado a los decisores del siglo XXI “herramientas” más efectivas y limpias de dominación e imposición de la política, que sobrepasen el horror desplegado en Japón al final de Segunda Guerra. Por tanto, si es posible “un volver atrás”, intentando “nuclearizar” las negociaciones, así como lo está haciendo Irán
A partir de los primeros años del siglo XXI, China anunció encaminarse a ser la primera potencia mundial, pues su aporte a la economía mundial (un 12% del PIB global) no sólo se proyecta como importante para las economías del mundo, sino que también, para los países emergentes de la relación Asia-Pacífico. Esto no sólo significa “Soft Power” en el concierto internacional, sino que además, esta estrategia económica rima sigilosamente con maniobras militares que demuestran un gran poder de disuasión, cuyo mensaje va dirigido especialmente a Japón, Vietnam y Filipinas, con quienes el Dragón mantiene asuntos pendientes y los cuales, son objeto de la permanencia de bases militares y maniobras combinadas con la propia potencia norteamericana. (En Vietnam, las tripulaciones de los buques estadounidenses participarán con la Armada Popular vietnamita en una serie de entrenamientos, denominados Naval Engagement (NEA), (vietnamnet, julio 2017), precisamente en la Base naval de Cam Ranh, costa que China considera como parte de su territorio. Por lo que presencia militar norteamericana en Corea del Sur, Japón y Filipinas, permanentemente en estado de alerta, no sólo significan contrarrestar la amenaza norcoreana, sino que hacer frente a las aspiraciones territoriales de China.
La dualidad de poder económico y militar de China, de suyo contiene la necesidad de consolidar una mayor influencia en la región y ritmo comercial con mercados emergentes del Pacífico –especialmente en América Latina- región poseedora de una gran fuente de recursos naturales. El método se sostiene en una férrea ideología, mutación virtuosa de “made in China a Created by China”, fortaleza militar y postura firme respecto a las zonas que son de su interés. Factores que le otorgan al gigante asiático un gran poder de disuasión y los que sostendrían la estrategia mantener a Corea del Norte con capacidades a respetar por el entorno y en posición de permanente jaque a EE.UU. y sus aliados en el Pacífico.
Por lo anterior, el líder chino Xi Jimping, pareciera mantener un rol moderado o al menos contrario a la postura y dialéctica agresiva de los líderes Trump y Kim Jong-Un en la crisis peninsular. Sin embargo, la estrategia China, según mi opinión, es fortalecer a su peón norcoreano, para así desgastar la toma de decisiones y brazo operacional norteamericano en la región.
En este escenario, pareciera que la incertidumbre es la constante en el tablero mundial, pues los estados contrarios a la política de EE.UU. al sentirse sancionados por la comunidad internacional, responden con incremento a sus programas de defensa. Tal es el caso de Irán (500 millones de dólares para su plan nuclear defensivo, EMOL, 13 ago 2017), aunque según los datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI ), Yearbook: Armaments, Disarmament and International Security, el gasto en Defensa en el mundo ha ido disminuyendo desde 1960, con peak de incremento en 1962, 1967, 1982, 2009. Sin embargo, además de Irán, se observa un incremento (% PIB) en la OTAN y en EE.UU., Arabia Saudita, Congo, Federación Rusa, Irak, Israel, Jordania, Omán, destacándose un mayor aumento en EE.UU., mundo árabe y norte de África, incremento que podría constituirse en signos de alarma internacional y la diversificación de frentes de crisis y/o guerra para los Estados Unidos.
Por lo anterior, la estrategia del Dragón es mantenerse en un rol secundario en lo militar, pero como primer y firme actor en lo comercial y diplomático, levantando la bandera del soft power en puntos del globo donde EE.UU. ha obtenido mucha animadversión y ha abierto potenciales y complejos frentes de conflicto, los cuales, están provocando y provocarán una grave alteración en la política y economía mundial: Estados que incrementarán sus presupuestos de defensa en desmedro de otros sectores deficitarios, Fortalecimiento de la industria destinada a la guerra y, lo realmente alarmante, la diversificación y complejidad de los escenarios de conflicto para EE.UU y sus aliados en el globo, muy favorables a conflictos indirectos.
“La posible escalada del conflicto entre China y Estados Unidos en la región de la Cuenca del Pacífico es mucho más peligrosa que lo que pasa entre la OTAN y Rusia” (Theo Sommer, Die Zeit, enero 2017)