CAPITALISMO Y POLÍTICA DE SHOCK Y LAS RESPUESTAS EN LA CIUDAD

CAPITALISMO Y POLÍTICA DE SHOCK Y LAS RESPUESTAS EN LA CIUDAD

Mg. Julio C. Romero Orozco

20 de Julio de 2016

“La crisis de la ciudad demasiado grande es la otra cara de la crisis de la naturaleza.”

ITALO CALVINO

                        Posiblemente las ciudades, desde sus inicios, se debatieron entre dos o más mundos y especialmente, las renacentistas “donde se fraguó el pensamiento político moderno” (Arendt) y la democracia. La dinámica social marcaba sus ritmos con los conflictos entre la aristocracia y los caldeados ánimos populares o entre dogmas de fe y el naciente emprendimiento comercial. No eran ciudades hospitalarias, pues el propio Machiavello habla de ciudades divididas  y donde “las cosas de los hombres están siempre en movimiento y no pueden permanecer estables”.

Es por ello que el autor propone la ciudad como un gran telón de fondo (Moral, A. El País) para acometer los cambios y ser “síntoma de vitalidad humana”. Sin embargo, de acuerdo a los actuales hechos de violencia urbana (atentados) ¿La ciudad está preparada para afrontar los cambios y seguir persistiendo en su rol de “vínculo del derecho” (Cicerón) y ser el espacio de la seguridad teóricamente prometida?

No cabe duda que estamos insertos en otra ciudad, en una distinta arquitectura social habitando una vieja y gastada arquitectura política (impactando a la democracia), pues el espacio urbano postmoderno no garantiza la seguridad y libertad de todos los ciudadanos.

Así como se argumenta que el actual modelo neoliberal sigue vigente, no por su popularidad, sino que por una suerte de “terapia de shock” (Klein, N) accionadas por guerras y catástrofes (un feroz continuo), se ha potenciado y validado su impronta y consecuencias en la economía y desarrollo. Tal vez este “tipo de racionalidad”, sostenga y legitime decisiones políticas de alcance global para lograr la estabilidad. Problemática que plantea la duda respecto hasta cuándo y dónde permanecerá vigente el actual modelo económico y social  ante la avanzada de renovados tipos de guerra y violencia –especialmente las desarrolladas en escenarios urbanos-.

Por lo anterior, pareciera entenderse que ante una mayor inyección de violencia al sistema, este sistema reaccionaría para elevarse a una mejor condición: ¿Política, Económica, Social?, también de ¿Seguridad, Defensa y Desarrollo?

Los últimos acontecimientos han demostrado que el fenómeno de la guerra (subdividida en diversos e insospechados tipos de acción) se ha focalizado principalmente en lo urbano como escenario de combate,  quebrantando la paz del simple vecino y dislocado la tolerancia entre la diversidad de sus habitantes, asimismo, provocando una gran incertidumbre social y paranoia política, por lo que un incontrolable “capitalismo del desastre” (Klein), en el cual cierto tipo de organizaciones (industria y tecnología) establecerían una relación lucrativa con organismos públicos y no públicos en aspectos de seguridad y defensa, produciendo mejores estándares en estos temas, como también, una espiral combinatoria de estrategias y tácticas a favor de fuerzas agresoras (insurgencia, terrorismo), todo lo anterior, excitado por los medios de información masiva.

Respecto a esto, nos damos cuenta de estar frente a una política paralizada y reactiva inserta en una suerte de Estado solidario con esta praxis, el que tiene que sumarse a la terapia de shock con sus especialistas y convencer que el actual camino es correcto y legítimo.  Sin embargo, me parece que la actual problemática de seguridad, defensa y desarrollo radica en los actuales argumentos políticos globales donde la preeminencia del capital  es inquietante, avasallante y solidaria con todo tipo de “terapias”  en circunstancias que hoy es necesario “ producir un concepto radicalmente moderno del poder” (Moral, A)

“Dame el control sobre el dinero de una nación y no importará quien redacte sus leyes” (Mayer A. Rothschild)

BUEN  FINDE