ASIMETRÍAS Y ESPACIOS VACÍOS

ASIMETRÍAS Y ESPACIOS VACÍOS

Mg. Julio C. Romero Orozco

13 de diciembre de 2016

“El poder es disputado, no investido” (Stephen Ball, La micro-política de la Escuela, 1989)

 

¿Cómo podríamos re-mirar la cosa del poder en nuestra sociedad cuando somos testigos –día a día- de las pretensiones de personas comunes, tanto en ciudades como en pueblos, barrios o zonas aisladas del territorio? No es que el decir y deseos queden en una suerte de limbo, a la espera de una especial  consideración por parte de una “autoridad”. Al menos esto podría significar para el individuo una lógica “política” de esperanza, hasta la posibilidad de investirse, cada cierto tiempo, de demócrata y sufragar algún día por una cara de confianza, ya sea este, producto de una campaña comunicacional o resultado percibido de una sentida convicción. Por la otra parte, ¿Cómo podríamos re-mirar la cosa del poder en nuestra sociedad cuando somos testigos –día a día- de decisiones generadas en el núcleo vital del país, las que no alcanzan a implementarse en la totalidad del territorio?.El tema es cómo se encuentran ambos mundos. Aquel que puede ser visto como una pretensión o anhelo específico de individuos sobre necesidades específicas y aquel generado por ideas generales y teorías desde una posición de poder investido. A fin de cuenta, una disputa por el espacio político y territorial  para que la decisión sea implementada cierta y eficazmente.

¿Qué tipo de autoridad y mecanismos son necesarios para el encuentro de ambos mundos?

La actual propuesta de neoliberalismo e interconexión global-eminentemente tecnológica-, de cooperación, integración y permanente innovación, no está encontrando respuestas eficaces en países y/o zonas donde se presentan vacíos políticos y territoriales. El concepto de espacio y de territorio, como también de poder y autoridad, ya son dinámicos y complejos. En esta realidad, el Estado moderno es incapaz de ejercer el control y la soberanía, como también, establecer las condiciones de seguridad y desarrollo deseadas y enunciadas en sus documentos rectores. La desconexión podría significar por un lado, una asimetría y vacío político entre las grandes instituciones que ejercen el poder del estado para prodigar el bien común y el bienestar respecto de grupos e individuos que aspiran a alcanzar esos objetivos de manera pacífica y por otro, tal vez como una consecuencia y la singular condición geográfica de vacíos territoriales (caso de Chile), constituirse en foco de conflictos, amenazas emergentes y base de subdesarrollo. Ante lo cual, podría inferirse, respecto al poder, la autoridad y la influencia, la imperiosa necesidad de implementar la relación virtuosa entre la Macro-política (aquella de las instituciones del Estado e influida por grandes grupos de poder, especialmente económicos) y la Micro-política (aquella que se genera espontáneamente de individuos y grupos a base de sus costumbres, etnia, lenguaje y significados, otras), aspiraciones que podrían ser factor de seguridad y desarrollo a través de  mecanismos no conflictivos ni violentos, sino que de integración y cooperación.

La distancia o espacio entre la autoridad oficial establecida, basada en principios democráticos y los deseos y necesidades de individuos y grupos no subyace necesariamente en la tirantez o contraposición de ideologías, sino que en aspiraciones prácticas y legítimas a intersecar en la forma de ideas y mecanismos facilitadores de influencia y receptación, ocupando vacíos políticos y territoriales de manera eficaz y consecuentes con el bien común y robustecimiento de un Estado moderno.

“El poder que no se basa en el conocimiento y en el flujo constante de información a la larga resulta imposible de defender.”

Henning Mankell